En la tabla de la izquierda tienes una explicación teórica de las reacciones de una persona deportista ante un entrenamiento o competición:

En primer lugar, habrá una interacción bidireccional continua entre variables de situación y personales. Esta interacción se traduce, por un lado, en la percepción de las variables de situación y, por otro, en la percepción de las capacidades para funcionar en una situación. La clave para afrontar la situación de resultados de las dos percepciones detectadas será el grado de autoconfianza de cada deportista.

Asimismo, la percepción de la situación incidirá en la motivación en la medida en que la situación le resulte más atractiva o aburrida. Si la situación es atractiva le motivará mucho y si la autoconfianza también es alta, la motivación por la situación se verá reforzada.

Si la autoconfianza es baja, puede disminuir el nivel de motivación o convertirse en una situación estresante. Si siente que no tiene la capacidad de progresar siendo una situación motivadora, el o la deportista puede sentir que no va a poder controlar la situación.

En muchos casos, la autoconfianza será la variable psicológica que hará de una situación algo motivador o estresante y, en consecuencia, influirá en la reacción de la o el deportista, o condicionará su disposición psicológica.

El nivel de activación de cada deportista suele depender de su grado de motivación o estrés.